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En marzo, Valencia arde. El fuego, la pasión y la fiesta se adueñan de la ciudad. Tras la primera mascletá, Mejías y Berta, son citados por Gaspar Aparisi, empresario que les propone una búsqueda descabellada: encontrar el único whisky producido en tierras valencianas, hace doscientos años. Mejías quiere rechazar el encargo, pero la recompensa es precisamente el dinero que necesita para saldar su deuda con Hacienda…
Tras La Ciudad de la Memoria -saldada con un notable éxito de crítica y lectores-, Santiago Álvarez recupera al detective Mejías en una investigación que le conducirá al corazón de la fiesta fallera. Las raíces del asunto se hunden en escenarios del pasado, sepultados por la culpa y el dolor. El Jardín de Cartón supone el regreso de Mejías y Berta a una Valencia donde resulta difícil distinguir la frontera entre realidad y ficción.
IGNACIO DEL VALLE: «Cine negro, Fallas, whiskies legendarios, estampas de Sorolla… todo esto le sirve a Santiago Álvarez para contarnos la excelsa y tenebrosa condición humana.»
ANTONIO PARRA: «Hay dignidades que no tienen precio, recuerdos que no tienen futuro y enfrentamientos que no se pueden ignorar. Y hay personajes, como Mejías y Berta, hechos de un material casi incombustible.»
JERÓNIMO TRISTANTE: «Todos pensábamos que lo ocurrido en el Levante español, burbuja inmobiliaria, corrupción, crisis y desahucios, terminaría por aparecer en nuestra literatura. El detective Mejías es un grito contra lo vivido estos años, el último Quijote que defiende a los que no tienen voz.»
